como músico travestido en Con Faldas y a lo Loco, junto a Jack Lemmon
como el esclavo Antoninus, en Espartaco, junto a Lawrence Olivier
o en la que es, en mi opinión, su mejor papel como protagonista absoluto, con una interpretación en las antÃpodas de su personajes habituales, en El Estrangulador de Boston, de Richard Fleischer
De todas ellas, si me tengo que decantar por algún personaje o escena en particular, mi favorita, por la interpretación de todos los actores, por el montaje paralelo de escenas, por su cóctel de erotismo y comicidad, este es el momento que me gusta recordar de Tony Curtis:
Lena Horne, excepcional cantante de jazz, pudo haber sido la primera gran estrella negra del cine, la precursora de las actuales superestrellas de color como Halle Berry o Beyonce. Su exquisita belleza y una piel muy pálida podrÃan haber servido para limar los prejuicios del gran público, y de hecho en los años 40 fue la primera cantante negra en actuar al frente de una big band blanca, la primera en actuar en el club Copacabana, y la primera actriz negra con un contrato de larga duración para una gran productora de Hollywood.
De izquierda a derecha: Emilio Estevez, Rob Lowe, C. Thomas Howell, Matt Dillon, Ralph Macchio, Patrick Swayze y Tom Cruise.
A modo de homenaje, os dejo con el inicio de Outsiders con una estupenda canción de Carmine Coppola (padre del director), interpretada por Stevie Wonder.
Volviendo a David Carradine, hay que destacar que fue miembro de una ilustre familia de grandes actores secundarios como su padre John Carradine, habitual de John Ford, o su hermano Keith Carradine (Nashville, Los Duelistas), al que hace poco hemos visto en la segunda temporada de Dexter. La filosofÃa de todos ellos, especialmente del patriarca John, era no hacer asco a ninguna producción, por substandar que fuera. AsÃ, la presencia de John Carradine ennoblecÃa productos como la ZÃngara y los Monstruos o Billy the Kid Vs Dracula.
John Carradine en las Uvas de la Ira, de John Ford
En contraste, David Carradine fue un actor de registro más limitado, que hubiera pasado al olvido de no haber sido rescatado por el avispado Tarantino. Kill Bill es, sin lugar a dudas, su canto de cisne y la mejor pelÃcula en la que participó. Su monólogo final sobre Superman es, por derecho propio, una de las grandes secuencias del cine moderno.
Se nos ha ido uno de los grandes del soul. Las generaciones más jóvenes lo conocerán por ser el Chef de South Park, pero su obra más importante la hizo en los sesenta y setenta, especialmente con esa obra maestra que es el arranque musical del film Shaft, con la mejor guitarra wah-wah de la historia.