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Manuel Alexandre (1917-2010)

Mientras pensaba en la entrada que iba a escribir en homenaje al gran secundario (dicho en el sentido más noble del término, en el de la estirpe de auténticos robaescenas como John Carradine, Agustín González y otros), nuestro amigo Araque se nos ha adelantado con una entrada homenaje, así que me sumo a su opinión y lamentamos la desaparición de este gran actor del cine español.

Tony Curtis (1925-2010)

Hijo de inmigrantes judíos procedentes de Hungría (su verdadero nombre era Bernard Schwartz), Tony Curtis nunca fue un actor excesivamente reconocido por la crítica de su tiempo, y es verdad que frente a genios de la comedia como Cary Grant o Jack Lemmon su registro actoral era bastante más limitado. Sin embargo ha sido uno de los actores de la época del Hollywood clásico más recordados y queridos por el público, y sería injusto de él decir que era un actor mediocre, puesto que, en las manos de grandes directores como Billy Wilder, Stanley Kubrick o Richard Fleischer compuso personajes memorables:

como músico travestido en Con Faldas y a lo Loco, junto a Jack Lemmon

como el esclavo Antoninus, en Espartaco, junto a Lawrence Olivier

o en la que es, en mi opinión, su mejor papel como protagonista absoluto, con una interpretación en las antípodas de su personajes habituales, en El Estrangulador de Boston, de Richard Fleischer

De todas ellas, si me tengo que decantar por algún personaje o escena en particular, mi favorita, por la interpretación de todos los actores, por el montaje paralelo de escenas, por su cóctel de erotismo y comicidad, este es el momento que me gusta recordar de Tony Curtis:

Arthur Penn (1922-2010)

El recientemente fallecido Arthur Penn fue uno de los directores que, al igual que Sidney Lumet, provenían del mundo de la entonces joven televisión, saltando a la realización de películas para grandes salas durante la década de los 60. Su filmografía no es muy extensa, pero incluye grandes éxitos artísticos como Bonnie & Clyde o La Noche se Mueve. En la opinión del que esto escribe, su gran película es La Jauría Humana (The Chase), un retrato colectivo de la América de los 60 nada complaciente, con interpretaciones memorables de Marlon Brando, Robert Redford, Jane Fonda y Robert Duvall. Una auténtica obra maestra.

Lena Horne (1917-2010)

Lena Horne, excepcional cantante de jazz, pudo haber sido la primera gran estrella negra del cine, la precursora de las actuales superestrellas de color como Halle Berry o Beyonce. Su exquisita belleza y una piel muy pálida podrían haber servido para limar los prejuicios del gran público, y de hecho en los años 40 fue la primera cantante negra en actuar al frente de una big band blanca, la primera en actuar en el club Copacabana, y la primera actriz negra con un contrato de larga duración para una gran productora de Hollywood.

Su talento, sin embargo, se perdió en numerosos musicales de escaso éxito en los que interpretaba canciones sin relevancia para la historia, que podían eliminarse fácilmente para comercializar las películas en los estados sureños. Sin embargo hay dos grandes excepciones, Cabin in the Sky de Vincente Minnelli y Stormy Weather, de Andrew L. Stone, dos musicales que hoy en día son auténticas rarezas por estar protagonizados exclusivamente por artistas negros.

Su mejor momento cinematográfico es esta maravillosa interpretación de Stormy Weather. Lena Horne ha muerto hoy 10 de mayo con 92 años.

Patrick Swayze, del Brat Pack, descanse en paz

Patrick Swayze fue un actor bastante popular en los 80 sobre todo con las mediocres Ghost y Dirty Dancing, pero realmente lo único decente que hizo fue su primer éxito en el film de Francis Ford Coppola «Rebeldes» (Outsiders), que lanzó a un puñado de adolescentes a la fama, el llamado Brat Pack (El grupo de niñatos). Swayze era el mayor de todos ellos y en el film era el que interpretaba una especie de figura paternal para el resto de la banda.

outsiders
De izquierda a derecha: Emilio Estevez, Rob Lowe, C. Thomas Howell, Matt Dillon, Ralph Macchio, Patrick Swayze y Tom Cruise.

A modo de homenaje, os dejo con el inicio de Outsiders con una estupenda canción de Carmine Coppola (padre del director), interpretada por Stevie Wonder.

El adiós del Pequeño Saltamontes

David Carradine

Hace dos días falleció en Bangkok David Carradine en circunstancias aún no aclaradas. El actor alcanzó su máxima popularidad en televisión, interpretando al experto en artes marciales Kwai Chang Caine de la serie Kung Fu, aunque las generaciones más jóvenes lo tendrán más fresco por su papel en Kill Bill. Su director, Quentin Tarantino, espabilado reciclador de celuloide de la B a la Z, probablemente tuvo en mente su icónica presencia en dicha serie a la hora de ofrecerle el papel de Bill, otro maestro de Karate. También es de destacar su papel en la recientemente remakeada La Carrera de la Muerte del Año 2000, o en el western Forajidos de Leyenda, junto a sus hermanos Robert y Keith.

Las artes marciales marcaron su carrera profesional, al menos desde el punto de vista de la caprichosa memoria popular, lo cual resulta paradójico, ya que, cuando desembarca en la serie Kung Fu durante la década de los setenta, no tenía ninguna experiencia en las mismas. �sto se nota bastante al revisionar cualquier capítulo de la serie, las escenas de lucha suelen resolverse de forma seca y cortante, y los movimientos de David Carradine palidecen en comparación con lo que se cocía por aquellos años en Hong Kong de la mano de la productora Shaw Brothers.

De hecho, el papel estuvo pensado en principio para Bruce Lee, que, según algunos de sus biógrafos, también concibió la idea original de la serie. Este rechazo motivó que Lee emigrara a Hong Kong y se abriera uno de los más brillantes capítulos en el cine de artes marciales. Curiosamente, ayer también falleció, de forma menos sonada, el actor Shek Kin, el villano antagonista de Lee en Operación Dragón.

Volviendo a David Carradine, hay que destacar que fue miembro de una ilustre familia de grandes actores secundarios como su padre John Carradine, habitual de John Ford, o su hermano Keith Carradine (Nashville, Los Duelistas), al que hace poco hemos visto en la segunda temporada de Dexter. La filosofía de todos ellos, especialmente del patriarca John, era no hacer asco a ninguna producción, por substandar que fuera. Así, la presencia de John Carradine ennoblecía productos como la Zíngara y los Monstruos o Billy the Kid Vs Dracula.

John Carradine

John Carradine en las Uvas de la Ira, de John Ford

En contraste, David Carradine fue un actor de registro más limitado, que hubiera pasado al olvido de no haber sido rescatado por el avispado Tarantino. Kill Bill es, sin lugar a dudas, su canto de cisne y la mejor película en la que participó. Su monólogo final sobre Superman es, por derecho propio, una de las grandes secuencias del cine moderno.

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