Un amigo mío, que atiende a las siglas L.P., ha entablado una relación romántica reciente con una señorita. Estando su mente intoxicada por los desvaríos de la primera fase del enamoramiento, ha pensado en comprarle un iPad 2 de regalo de navidades. Eso, como pronto comprendereis, amigos lectores, es un error grave, y os explicaré el por qué, apoyado por herramientas de análisis económico de probada eficacia.
Con ustedes, wait for it: LA TEORÍA DE LA CURVA DE INDIFERENCIA SEXUAL
donde
Qx es la variable tiempo, cuanto más alejados estemos del 0 la relación es más vieja.
Qy es la cantidad, digamos, de polvos mensuales.
En cualquiera de los estados se observa una relación inversa entre la variable tiempo y el número de polvos.
Si una relación está empezando y la curva de indiferencia sexual se sitúa en el estado I, vemos que hay un número de polvos bastante considerable independientemente de la acción de otros factores, como por ejemplo, el número o la calidad de los regalos entre la pareja, por lo que es económicamente ineficiente dedicar un porcentaje alto de tus recursos monetarios para esos menesteres.
En el estado I imaginémonos que nos situamos ya en la parte más a la derecha de la gráfica, el número de polvos ya es escaso, por lo que es preciso inyectar un shock externo fuera del modelo, lease, unos regalos más caros, mayores dispendios en cenas románticas, para poder mover la curva a la derecha y pasar al estado II y conseguir mayores favores sexuales.
Cuando ya ni eso funcione, para pasar al estado III es cuando regalamos el iPad, siempre que sea una pareja tecnológicamente abierta y no se piense que en realidad te lo has comprado para tí, so cerdo egoista.
De nada, amigo L.P.
Puntualizar que algunos están en un estado IV en el que la curva es una línea recta paralela al eje Qx y rozándolo, regale lo que regale…