Un hombre se encontraba sentado en la silla de su consultorio, fumando, despuĂ©s de tener sexo con su paciente, pensando en lo que habĂa hecho, su conciencia le repetĂa:
¡Pero como hice eso!!! ¡ Qué vergüenza, he perdido toda la ética profesional!!!.
Al rato de estar culpándose de sus actos, observa que sobre su hombro
derecho aparece un diablillo que le dice:
ESCĂ?CHAME… NO SEAS MAMĂ?N… HAY UNA CANTIDAD EXAGERADA DE MĂ?DICOS QUE TIENEN SEXO CON SUS PACIENTES, ÂżQUE TE CREES, QUE ERES EL Ă?NICO?. HAZME CASO, TĂŤO, ES DE LO MAS NATURAL DEL MUNDO…
El hombre convencido asiente, «Tienes razón, si yo no hice nada malo».
Al terminar de decir eso, en su otro hombro aparece un angelito y le replica al oĂdo:
ACUĂ?RDATE QUE ERES VETERINARIO, MAMĂ?N !!!. VE-TE-RI-NA-RIO… NO LO OLVIDES!!!!
Anda que si huebiese sido mĂ©dico forense…