Mucho mas que un juego

Cuando el otro día fuí a almorzar al Restaurante Japonés Kaori , situado en el Casino del Aljarafe, me era muy dificil irme de allí sin ver todo aquello.

A lo que es la sala del casino en si, donde están las ruletas, poker, etc, no accedí, ya que abren siempre a partir de las siete de la tarde y por lo tanto estaba cerrado.

Además hay que pagar (creo que unos 3 �) para entrar, con lo que no puedes solo entrar para mirar e irte porque no aprovechas la entrada.

ruleta

Sin embargo, estaba abierto la sala de máquinas del casino. Las tragaperras de toda la vida. Que ya de traga-perras no tiene nada, ya que el sistema se ha modernizado, de forma que ahora funciona por tarjetas monedero del casino. A la entrada, te dan una tarjeta anónima (también te la puedes sacar nominativa si se quiere) en la que unos pasos mas adelante poder cargarla en la Caja. Aquí indicas cuanto quieres cargar en dicha tarjeta, la pones en una máquina, según te indica la persona encargada de la Caja, y ya está. ¡A Jugar!

Puede parecer aburrido o soso el jugar a estas máquinas si antes no han visto como son. Yo nunca he jugado a las tragaperras y creo que no voy a empezar ahora, pero merece la pena echar algunos euros y probar estas máquinas.

El sistema por el que funcionan las máquinas es el siguiente. Supongamos que cargarmos con 5� la tarjeta. Existen máquinas desde las que se puede jugar a partir de 1 céntimo, 5 céntimos, 20 céntimos y 50 céntimos. Este «precio» es lo que en la máquina le llaman «crédito». Dicho crédito es el valor de una apuesta en un solo sentido y una sola línea. las líneas de premios pueden leerse de izquierda a derechas (lo quiere decir que si sale, 1 fresa y cuatro plátanos, por decir algo, no ganas nada), o de derecha a izquierdas. Este sentido doble, se paga doble.

Por ejemplo: Apostamos en una máquina de valor 0,02 � a tres líneas con doble sentido y dos créditos en cada una, el precio total de la jugada será de 0,02� x 3 x 2 x 2 = 0,24�

También hay que decir que las máquinas del casino no son como las que se pueden ver en cualquier bar. Son vídeo ruletas, esto quiere decir, que no tienen ningún componente mecánico, todo es una pantalla plana que está regida por un ordenador especial para ello que se maneja a través de unos botones. Cuando queramos cambiar de máquina (hay mucha variedad) hay un botón llamado «Cobrar»; pulsándolo, la máquina devuelve la tarjeta. A continuación se saca del zócalo y ya está, ¡a probar otra!

Cada vez que se introduce la tarjeta en una máquina, esta divide el saldo disponible en euros entre el precio de la jugada y el resultado es el número de créditos disponibles en esa máquina. Por ejemplo: teniendo 4,20 � en una máquina de valor 0,20� el crédito disponible será de 21, pero si la máquina vale 0,50� entonces el crédito disponible es de 8. La máquina siempre va a mostrar cual es el crédito que resta de la tarjeta, para saber cuanto puedes jugar y como vas de dinero en esta.

A parte de este novedoso sistema, que puede parecer lioso, pero de verdad que en la práctica no lo es, a mi me pareció curioso al menos, probarlas poder jugar a ellas un ratito. Mi experiencia allí fue la siguiente: metí cinco euros en la tarjeta y la fuí gastando de manera que iba probando todas las máquinas que podía. De vez en cuando me iban tocando pequeñas cantidades de forma que me duraba más el juego, hasta justo en la última jugada, cuando ya me iba a ir, me toco diez euros, con lo que decimos (mi mujer y yo) de gastar cinco de estos diez euros en otras máquinas y seguir probando e irnos sin gastar nada. Y eso hicimos. En total estuvimos una hora jugando y probando, se pasa el tiempo rápido probando todo esto.

La segunda vez que fuĂ­, perdĂ­ los cinco euros que puse y no estuve ni 20 minutos.

¡Ah!, se me olvidaba. A la entrada y dentro de la sala, en el centro y algo elevada, estaban y están puestas dos motos que parecen de las mas buenas (la verdad es que no entiendo de motos). El encargado nos explicó que cada vez que se realiza una jugada en cualquier máquina de la sala, por pequeña que sea, se ha tenido una posibilidad de ganar dichas motos. Le llaman premio misterioso. Es como si te regalaran rascas de la once cada que juegas a una máquina.

Bueno, no quiero incremetar la ludopatía, que por ahí, hay mucho vicioso, ¿ein? pero la verdad es que merece la pena visitar un sitio moderno, con varios restaurantes y algo de entretenimiento. Así se varía un poco de la monotonía y se ven cosas nuevas, ¿no creéis?.

1 comentario

  1. blabla

    pues no creo, puta ludopatĂ­a y putos ludĂłpatas

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